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Memorias...

Caminar entre azucenas del mal y volar a ti…. Desperté con lágrimas bajando por los pómulos, recordando aquellos tiempos dónde te tuve entre mis brazos, y como no haber amado sus grandes ojos que brillaban como noches estrelladas mientras me besaba, como no besarla, bajo ese cielo infinito… Borraste mi pasado y olvidaste mis pecados y fui feliz, fuimos felices.

Pero, oh hermoso ángel resplandeciente que brillaste en mi oscuridad, porqué rompiste las promesas que me dieron fe y esperanza cuando ya las había perdido. Terminaste siendo un ángel caído qué solo engañabas para llevarte mi alma mortal a aquel valle de muerte dónde tus otras víctimas cayeron sin retorno alguno.

¿Podría ser el cielo ser tan cruel con alguien que solamente por amor perdió la voluntad de seguir viviendo? Todo estaba perdido, en un mundo dónde el tiempo y el espacio cantaban en gutural, llamando aquel poder para liberarlos de la horrible prisión en la cual estaban sometidos.

Volví a despertar, tomando tragos de hiel recordé aquellos estigmas y cicatrices dónde resucité, olvidando por un momento que en esta infinita solidad yo me arrodillaré y moriré por ti, olvidando la mitad cardenalicia que en mi abarcaba decidí honrarte en un cuarto de nigromante.

Mientras que mis besos te recorren en devotas hileras vamos caminando en un puente sobre un abismo, te veo acercarte por la ventana de la casa del nigromante como un vampiro acechando, y de tus brillantes ojos caen lágrimas, lágrimas secas como un desierto, sin embargo, detallando aquellas lágrimas se observa un hermoso edén dónde comprendí que es tan corto el amor y tan largo el olvido.


Por fin desperté, sobre pináculos feliz porqué todo había ocurrido en un sueño pasado dónde la oscuridad poseyéndome era incapaz de llegar hasta dónde mi alma había llegado. 

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