Ayer, primero de noviembre es el día en que los muertos vienen del más allá y nos visitan... tengo que confesar que, al comienzo no creía en estas cosas, luego empecé a creer que solo era cuestión de que los espíritus humanos podían venir a visitarnos, sin embargo, este año, comprendí que las almas que vienen a visitar a sus seres amados, pertenecen a aquellas criaturas que amamos y nos aman, estás animas son las que pueden cruzar el umbral y compartir un día más con nosotros.
El año pasado, la tía de una amiga falleció por culpa del tan maldito cáncer, y en ese día de los santos ella sintió su presencia, mediante un delicado gesto sintió que su tía la acarició como solamente ella sabía. El mensaje fue claro, ella allá donde este, la amará por siempre.
En diciembre de hace dos años, decidí por cuestiones medicas (después de dos años de convivir con ellos, desarrollé alergia a la orina y pelo de gato), dar a mis dos gatos en adopción... fue la decisión más dura que he tomado en toda mi vida, pues cuando llegué a mi casa... ya había dejado de ser mi hogar, pues estos seres que alegraban mi día a día, ya no estaban, ese día sentí que una parte significativamente grande de mi alma, se apago.
Al pasar los meses, me fui acostumbrando a su ausencia y me consolaba el saber que estaban en un lugar mejor, de pronto, tal vez, con una familia que no fuera alérgica a la orina de ellos. Sin embargo, en mayo del año pasado, recibí la noticia que termino destrozando mi alma... mis niños habían dejado de comer y dieron su ultimo respiro de este mundo...
Es increíble como unos pequeños animalitos, pueden llegar a tomar el corazón humano, pero desde que ellos llegaron a mi vida, todo mi ser cambió, y cuando supe de su fallecimiento, todo dentro de mi se desmoronó.
Ayer, cuando desperté, mi madre me pregunto ansiosa, ¿qué te sucedió en la cara y en las piernas?, pues al verme al espejo me di cuenta que tenía rasguños en varias partes de mi cuerpo, sorprendido busque en toda la cama, si había algún material corto-punzante que pudiera haberme lastimado mientras dormía, sin embargo la cama estaba vacía. Decidí ignorar lo que había sucedido, sin embargo, empece a encontrar diferentes insectos muertos por dónde yo pasaba, varios juguetes de mis mascotas que aun conservaba aparecieron debajo de los sofás, el papel higiénico estaba desenrollado, y la cama desarreglada, asustado decidí tomar un reposo, cuando lo escuche, su maullido, era el maullido de mi gato, era su ronroneo, apenas identifiqué su voz, comprendí que ellos estaban aquí conmigo, y ayer... primero de noviembre, pudieron demostrarme que aún me seguían amando, tanto como yo los amé, los amo y los amaré.
Dejé de tener miedo, y una paz inmensa lleno mi ser.
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